Menos mal que llegamos a un mutuo acuerdo con lo otro, pero esto, el matrimonio, el papelito de los que no leen la letra pequeña, y luego dicen que fueron engañados. Digamos, que es un rollo aún más letal que la infidelidad. Porque primeramente, ese dicho hasta que la muerte nos separe, la verdad que debería ser renovado, por otra frase, porque en la actualidad son muy pocos los casos, que llegan en verdad ser separados por la letal y oscura niña sin piedad. Actualmente, el matrimonio, se usa para otro fines, e incluso para la emigración.El matrimonio es otra imposición social con tintes de hipocresía y cinismo, que a ver, yo le veo la parte romántica y todo muy bonito, pero no puedes prometer estar con una persona venga lo que venga aguantando hasta que la muerte se lleve a uno de los dos... en muchos casos algunos clamarán "¡¡¡muerte llévame!!!" mucho antes de que le toque realmente. No puedes prometer que amarás por siempre, porque el amor se transforma, y se acaba, y el deseo y la comprensión. No puedes prometer nada, solo puedes decir que hoy y ahora quieres estar, y ponerte un anillo para que todos sepan que estás, y firmar un contrato como si fuera un negocio o una adquisición (que, bueno, en algunos casos lo es). Y así, entre matrimonio y fidelidades nos hacemos mejores personas, cositas sociales perfectas.
En fin que yo, como soy un caso social Freudiano reniego de toda atadura impuesta, ojo: impuesta. Y me verán de un modo u otro, y pensarán esto o aquello, pero como dice Soma... a mi me la pela. 😉
Pero, para no ir tan lejos del tema, que es lo que te recomiendo los terapeutas de parejas, entre líneas, si quieres que la llama de tu relación vuelva a arder, siempre puedes buscar una ""aventura"" en otros terrenos sin explorar. Si yo fuese terapeuta, fuera el mejor consejo que le daría en mi vida, sino que la deje y ya, que tanto lio.