El matrimonio y la familia, el hogar: esposo, esposa e hijos, unidos por un vínculo legal y por el reconocimiento pública; es la institución más eficaz para criar a los niños y orientar la sana sexualidad. No todos los matrimonios y familias “funcionan”, pero es poco sabio permitir que, en vez de ser guiados por una visión de lo que es naturalmente normativo e ideal, nos dejemos llevar por el patológico desenfreno de los que buscan solo cubrir su inmoralidad.